XXX dice:
“Después de dos años de coger bajas en el trabajo, me di cuenta que lo único que podía hacer para mejorar en algo la calidad de vida de mi familia, era dejarlo. No puedo enfrentarme a una lucha perdida contra una institución machista que deja de lado a las mujeres que "solo aportan una ayuda a casa con su sueldo". Sí, tengo mi marido que trabaja y tuvimos que aprender a pasar solo con su sueldo, a renunciar a muchas cosas y a pasar los años que me queden lo mejor posible.
Me he quedado con lo que más me gusta, leer y escribir. Y aún así, la pérdida de memoria, las lagunas mentales, la falta de concentración hacen estragos”
Situaciones como estas se dan en este país cada día y lo que es peor, se mantienen en el tiempo, un camino sin retorno.
También se dan casos de hombres, los menos, por suerte.
¿Cuantas mujeres que han quedado en el camino renunciando a sus puestos de trabajo?
El Síndrome de Fatiga Crónica apareció en los años 80. Fue llamada “la gripe del yupi” . En los años 80 también se nos vendió a la súper-Woman, capaz de trabajar fuera de casa, dentro, atender a los hijos, la compra… estar perfectamente pintada, maquillada y sexy. En los años 80 también apareció el sida, enfermedad que durante años mantuvo en jaque a la medicina científica por su contagio y su alta mortandad.
ENTREVISTA CON LA DRA. NANCY KLIMAS,
INMUNÓLOGA, PRESIDENTA DE LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DEL SÍNDROME DE LA FATIGA CRÓNICA (IACFS)
INMUNÓLOGA, PRESIDENTA DE LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DEL SÍNDROME DE LA FATIGA CRÓNICA (IACFS)
Klimas dice que, ahora, es mucho más difícil trabajar con el SFC que con el VIH. Los días que trabaja con VIH son, dice ella, días fáciles, en los cuales puede ver a un paciente en 10 minutos, mirar su carga viral, sus defensas (CD4) y sus resistencias (analítica para ver a qué antivirales el virus tiene ya resistencias) y le receta el coctail de antivirales relevante y ella y el paciente sabe que va a funcionar. Dice que la angustia emocional de las personas con el VIH que tenían antes de que a mediados de los 90 salieran los nuevos medicamentos (inhibidores de la proteasa), ya es un recuerdo lejano. Pero en cambio, la angustia de los pacientes con el SFC, dice Klimas, no ha podido disminuir. Puede, después de muchas analíticas, entrevistas y pruebas, determinar que tiene el SFC y cree que puede intentar determinar de qué subgrupo (el SFC se está empezando a clasificar por subgrupos según el desarreglo biológico) es parte y tiene un plan de tratamiento, pero la mejoría es siempre muy limitada y la incomprensión y las pérdidas que vive la persona son tan grandes que emocionalmente están muy afectadas. Dice que si pudiera dar medicación eficaz, como en VIH, a las personas con el SFC, sería otra cosa.
Ahora me pregunto si la Encefalomielitis Mialgica o Síndrome de Fatiga Crónica afectara por igual a hombres y mujeres, estaríamos en esta situación después de 25 años?